Estado Español -1 de septiembre de 2019
Sobre el sindicalismo…
¡Para derribar el régimen del 78, tenemos que destruir el “Pacto de la Moncloa” que firmaron la monarquía, los partidos burgueses, los partidos socialimperialistas y los burócratas sindicales!
¡Basta de sindicatos lacayos del Rey y la patronal
del IBEX 35!
¡Hay que echar a la burocracia sindical de CCOO y UGT,
socia del PSOE-Unidas Podemos y demás partidos del régimen!
¡Abajo la Monarquía!
¡Unidad de la clase obrera de todas las naciones
del estado español!
¡Fuera la dictadura de los Borbones de Catalunya, con su casta de jueces y fuerzas represivas!
¡Por la independencia de Catalunya y el derecho a la autodeterminación
de todas las naciones oprimidas!
¡Papeles y derechos de ciudadanía, laborales y sindicales para los migrantes y refugiados!
¡Libertad a todos los refugiados e inmigrantes presos en la Europa imperialista!
¡Fuera la ocupación de la Corona de Ceuta y Melilla! ¡Basta de saqueo de las empresas imperialistas españolas a los pueblos de América Latina!
¡Por una Federación de Repúblicas Socialistas Ibéricas!
¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa!
La burocracia sindical del Estado Español se convirtió en un pilar fundamental del régimen monárquico cuando las direcciones del movimiento obrero (el PCE y el PSOE) y las burocracias sindicales de CCOO y UGT firmaron con el franquismo los Pactos de La Moncloa en 1977. Las experiencias y esfuerzos de la clase obrera española por poner en pie sus sindicatos, que habían sido destruidos tras la Guerra Civil, se les volvieron sobre sus cabezas por la traición de la burocracia sindical.
Esta burocracia sindical es la que ha garantizado que el régimen monárquico y sus gobiernos del PP y PSOE, a través de sus reformas laborales, descarguen toda la crisis económica sobre los trabajadores.
Fue esta burocracia sindical la que garantizó en los años 80 la reconversión industrial que permitió la entrada a la Comunidad Económica Europea, esto significó el desmantelamiento de gran parte de la industria pesada (astilleros, siderurgia, etc.) con miles de trabajadores despedidos.
Así la burocracia de CCOO y UGT ha entregado todas las luchas de la clase obrera, como en los últimos años la pelea de los docentes, padres y estudiantes unidos en la Marea Verde en defensa de la Educación Pública y la Marea Blanca en defensa de la Sanidad Pública.
La clase obrera del estado español nunca faltó a la cita, como no lo hicieron los mineros en el año 2012 que plantaron cara al régimen con una huelga de cinco meses y una “marcha negra” que recorrió 400 km a pie hasta Madrid y que la burocracia sindical entregó de forma alevosa.
Así es como año tras año esta burocracia sindical le ha garantizado a la monarquía y sus gobiernos, que sean los trabajadores los que paguen la crisis, sean desahuciados y que sus hijos no tengan buena salud y educación. Son ellos los que garantizan también que millones de trabajadores sin papeles realicen los peores trabajos sin ningún derecho laborar ni sindical. La firma de las direcciones de CCOO y UGT es fundamental para que se mantengan los Convenios que garantizan la precarización laboral, como también los ERE que no son más que despidos encubiertos. Así, fue la clase obrera la que pagó la crisis y no los bancos como el BBVA, el Santander y todas las empresas del IBEX 35 como la Repsol, etc.
Estas direcciones de CCOO y UGT son más que sindicatos del régimen y, por su fusión con el estado, sindicatos institucionalizados. Son además también sindicatos del poder, como pata necesaria para que perviva el mismo, sosteniendo, vía pactos con la patronal, a los sucesivos gobiernos del régimen monárquico.
Así actuaron con la enorme lucha de los indignados que ponía en riesgo la continuidad de la Monarquía, separaron al movimiento obrero de los que luchaban en las plazas, apoyaron la autorreforma de la monarquía y sometieron a la clase obrera al régimen, mientras que IU y Podemos entregaban la lucha de los indignados para llevarlas a los pies de las Cortes Monárquicas.
Es decir, se dividieron las tareas, la burocracia estalinista de los sindicatos evitó que la clase obrera dirigiera esa lucha política de masas y Podemos/IU expropió esa pelea para llevarla al parlamento haciéndole creer al movimiento obrero que allí se podían solucionar sus problemas, para así, entre todos salvar a la Monarquía y su régimen.
La clase obrera del estado español no puede entrar a ninguna lucha económica seria si de entrada no pelea por tirar abajo la monarquía y por echar a la burocracia sindical al servicio del régimen, y si no lucha por la unidad de la clase obrera de todas las naciones del estado español y por la independencia de Catalunya y el derecho a la autodeterminación de todas las naciones oprimidas.
Esta es la única forma que tiene la clase obrera del estado español de escapar del callejón sin salida a la que fue llevada por Podemos y la burocracia sindical, rompiendo la dinámica de que los partidos del régimen y la monarquía hacen la política, siempre al servicio de la patronal, y a la clase obrera sólo le queda la lucha sindical en donde la burocracia los entrega a cada paso.
Estas burocracias sindicales de CCOO y UGT del estado español están coaligadas con la aristocracia obrera europea y sus respectivas burocracias sindicales a través de la CES (Confederación Europea de Sindicatos) que agrupa a los sindicatos homólogos institucionalizados a nivel del Maastricht imperialista. La CES es una agencia de la Unión Europea dentro del movimiento obrero, el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea otorgó a estas burocracias sindicales a nivel europeo el derecho a formular sus propias propuestas legislativas al Parlamento europeo y son los garantes de la “paz social” que necesita el Maastricht imperialista para mantener controlados a los trabajadores a nivel europeo.
La CES es un órgano más en las instituciones de la Unión Europea y, junto con los representantes de la patronal a nivel europeo, la CES trabaja con todas las instancias del Maastricht imperialista: la Presidencia, el Consejo, la Comisión y el Parlamento. La CES está vinculada a un intergrupo de eurodiputados pertenecientes a diferentes partidos estalinistas y socialdemócratas en el Parlamento Europeo, teniendo un papel análogo al del resto de los estados nacionales como garantes de los regímenes capitalistas europeos. Otro dato que demuestra el papel de la burocracia sindical a nivel europeo es que la CES con su “Diálogo Macroeconómico” es partícipe de las políticas económicas en el Consejo de Ministros de Economía y Hacienda (ECOFIN), el Banco Central Europeo y la Comisión Europea.
Luchar por la Independencia que ganaron los catalanes en las calles el 1-O
es luchar por las demandas de todos los explotados
La burocracia de CCOO y UGT, no sólo dividió a la clase obrera de Catalunya con la del resto del estado español en su lucha por su independencia, sino que le ató las manos a la clase obrera para pelear en las huelgas generales convocadas por el sindicalismo alternativo minoritario. Una Huelga de masas podría haber hecho barrer a la monarquía de Catalunya y del resto del estado. Pero, claro, CCOO y UGT se colocó desde el principio al lado del régimen monárquico y contra el derecho a independizarse del pueblo catalán. La burocracia sindical de CCOO y UGT han boicoteado las convocatorias, alineándose con el nacionalismo español, y Podemos y el PCE-IU también se alinearon con los boicoteadores de la huelga y el Referéndum, cubriendo, como siempre, el flanco izquierdo del régimen del 78.
Los que ayer traicionaron en la Transición a las masas en la calle tras la muerte de Franco, hoy pusieron de nuevo a la clase obrera a los pies de la Corona contra la independencia de Catalunya y entregaron la lucha del pueblo catalán al Régimen del Rey. Los parásitos de la monarquía de los Borbones, jefes del capital financiero e imperialista del Estado Español, no permitirán jamás ni tan siquiera el derecho al pueblo catalán a decidir su destino, como ya ha quedado demostrado. Para tener tan sólo el derecho a decidir había que enfrentarse con la burocracia sindical traidora de UGT y CCOO que se encargaron de dividir a la clase obrera para someterla a la burguesía y esto sólo podía hacerlo la clase obrera unida a sus hermanos de clase del estado español y de Europa.
No hay manera de luchar por el derecho a la autodeterminación de Catalunya separada de la pelea del conjunto de los trabajadores del estado español por derrotar a la monarquía, disolver sus cortes, y ponerse en pie de guerra para recuperar el salario, el empleo y la vivienda que nos robaron.
¡Fuera la burocracia sindical colaboracionista de CCOO y UGT! Hay que unir a la clase obrera catalana y la del resto del estado, contra la precariedad, el paro y la represión, por pensiones y viviendas dignas, y contra la cárcel de naciones españolista.
¡Fuera la dictadura de los Borbones de Catalunya, con su casta de jueces y fuerzas represivas!
¡Unidad de la clase obrera de todas las naciones del estado español!
¡Fuera la ocupación de la Corona de Ceuta y Melilla!
¡Por la Federación de Repúblicas Socialistas Ibéricas con el derecho a la autodeterminación!
Es imposible que haya unidad de la clase obrera en el estado español si no es con un sindicalismo que asuma la base programática del derecho a la autodeterminación, e inclusive a la independencia, del régimen de los borbones y su reino. Solo así se puede unificar a la clase obrera de todo el estado español.
Sindicalismo subvencionado del régimen vs
sindicalismo combativo independiente del estado
Los sindicatos institucionalizados, como parte del poder, están completamente supeditados al régimen por las subvenciones millonarias que les da el estado a través de sus presupuestos generales, no sólo en proporción a su representatividad, sino también por participar en negociaciones y por cursos de formación. Por año, CCOO y UGT, reciben aproximadamente 3 millones y medio de euros cada uno. Estos millones que son los que garantizan la institucionalización y dependencia de los sindicatos del estado, salen en gran medida de la expoliación de las colonias y semicolonias y la superexplotación de las empresas imperialistas españolas a la clase obrera de América Latina.
Lamentablemente, otros sindicatos menores, que se reivindican combativos y de izquierda como CGT también aceptan las subvenciones. Sin embargo, hay otros sindicatos como Solidaridad Obrera (SO) que se niegan a recibir esas subvenciones, financiándose únicamente con las cuotas sindicales que todos los meses les dan sus afiliados.
Pero no sólo en estas cuestiones se ve la condición de sindicatos institucionalizados del régimen de CCOO y UGT sino también en que aceptan como afiliados a los miembros de las Fuerzas de Orden Público, del ejército profesional, y de cuerpos armados públicos o privado.
Desde Democracia Obrera del Estado Español (FLTI - Colectivo por Refundación de la IV Internacional) luchamos por la más absoluta independencia de las organizaciones obreras con respecto al estado burgués, por eso estamos en contra de que reciban subvenciones estatales. Si el dinero del Estado se convierte en parte de la financiación de los sindicatos, estos se hacen dependientes de él, deja de ser el obrero el dueño de su sindicato y por lo tanto quien puede votar para poner o quitar a sus dirigentes y pasa a estar todo controlado por el estado.
Contra la burocratización y los liberados sindicales que llevan años en ese cargo luchamos por: ¡Dirigentes y delegados rotativos en los sindicatos, electos en asamblea, revocables por sus bases en cualquier momento!
Ante las negociaciones donde la burocracia sindical negocias los ERE, despidos, etc. a espaldas de los trabajadores, peleamos por que se pongan en pie comisiones negociadoras de base, donde los negociadores roten en cada negociación, para que los dirigentes se subordinen a la voluntad de la base. ¡Ninguna negociación secreta en las oficinas de la patronal, los ministerios, etc.! ¡Negociaciones públicas, para que la base obrera pueda controlar y decidir en asamblea si acepta o rechaza cualquier oferta!
¡Fuera la burocracia sindical colaboracionista de CCOO y UGT!
Comités de trabajadores, parados, sin papeles y precarizados para unir las filas obreras
“Los sindicatos, aún los más poderosos, no abarcan más del 20 al 25% de la clase obrera y, por otra parte, sus capas más calificadas y mejor pagadas. La mayoría más oprimida de la clase obrera no es arrastrada a la lucha sino episódicamente en los períodos de auge excepcional del movimiento obrero. En estos momentos es necesario crear organizaciones ad-hoc, que abarquen toda la masa en lucha los comités de huelga, los comités de fábrica, y, en fin, los soviets.” (Programa de Transición de la IV Internacional)
Los revolucionarios luchamos por poner en pie organismos ad hoc como los comités de fábrica, de empresa y establecimiento, para unir las filas obreras de los trabajadores ocupados, parados, precarizados, migrantes etc., rompiendo con las leyes del estado burgués y con las burocracias sindicales que son la verdadera policía interna de la patronal al interior del movimiento obrero.
El rol de las direcciones de CCOO y UGT es dividir al movimiento obrero, como hizo en el 15-M y la marea verde de la Educación y la blanca de la Sanidad pública, que se regían por organismos ad hoc que unían a trabajadores sindicalizados y no sindicalizados que salieron al combate. Cuando estos organismos amenazaron con tomar la dirección de los combates, fueron las burocracias sindicales los que traicionaron, los desmontaron y entregaron su lucha. Esta fue una verdadera traición de la burocracia sindical al levantamiento de los indignados, y a las mareas posteriores, donde los burócratas de CCOO y UGT entregaron a la lucha a la burguesía por ser parte consustancial del Régimen monárquico.
¡Por un pacto de la clase obrera y los sectores explotados para que la crisis la paguen los capitalistas, los banqueros, los socios de Wall Street y todos los parásitos imperialistas!
Hay que poner en pie los organismos de autoorganización como los piquetes de huelga y comités por fábrica donde se organicen los trabajadores ocupados y desocupados, los sindicalizados y precarizados, los migrantes y refugiados.
Conquistemos un Congreso Obrero estatal para preparar un Plan de Lucha y la Huelga General.
Sobra dinero para satisfacer todas las demandas de los explotados. ¡Todas las manos libres a trabajar! ¡Reducción de la jornada laboral, sin reducción salarial! ¡Distribución de las horas de trabajo entre todos los trabajadores, con un salario mínimo de 1.500€! ¡Abajo las reformas laborales del PSOE-PP! ¡Eliminación de las Empresas de Trabajo Temporal y subcontratas: todos los trabajadores indefinidos en la empresa principal!
¡Las mujeres deben tener las mismas condiciones salariales que los hombres! ¡A igual trabajo, igual salario!
¡Abajo el Pacto de Toledo! ¡Por unas pensiones dignas!¡ Jubilación a los 55 años con el 100% del salario!
¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de los bancos!
¡Expropiación inmediata de todas las viviendas desocupadas y de la propiedad de los grandes propietarios urbanos para darle techo a todos los explotados!
¡Por sindicatos que encabecen la lucha de la mujer trabajadora,
contra la diferenciación salarial y por todos nuestros derechos!
La diferenciación salarial entre hombres y mujeres es más que sólo un problema de que la mujer cobra menos. La mujer obrera, además de ser explotada en las fábricas, en el campo o en su puesto de trabajo, como los obreros hombres, tiene una particularidad: realiza la mayor parte de las veces un trabajo suplementario, como son las tareas domésticas y la crianza de los hijos, que no le es pagado. Es decir, realiza un trabajo suplementario gratuito. Por ello, la mujer trabajadora está sometida a una triple explotación en el sistema capitalista. Contra esto debemos luchar desde los sindicatos, para que ese trabajo no remunerado sea a cargo de la patronal y el estado.
En la sociedad capitalista, la mujer trabajadora gesta y cría a sus hijos, es decir, a los futuros obreros que el patrón explotará en la siguiente generación. El trabajo de crianza de los hijos hasta que alcancen la edad en que puedan ser explotados por el patrón, también es un trabajo socialmente necesario que la mujer trabajadora realiza sin cobrar por ello; es trabajo no remunerado.
Así se completa la triple explotación de la mujer trabajadora en la sociedad capitalista: como obrera, como ama de casa y como madre.
El “machismo” no es más que la ideología que la burguesía impone para mantener este robo del trabajo de la mujer obrera, haciéndoles creer a las masas explotadas que el trabajo doméstico y la crianza de los hijos son tareas que le vienen dadas a la mujer de forma “natural” – es decir, biológicamente condicionadas. La Iglesia, la escuela, la propia familia, son las instituciones encargadas de reproducir y transmitir esa ideología, para garantizar que esta triple explotación de la mujer obrera se mantenga.
Es necesario que los sindicatos y la clase obrera realmente luchen, en primer lugar, por la demanda de a igual trabajo, igual salario y beneficios para la mujer trabajadora, y, además, un salario por cada hijo que la mujer de la clase obrera criará como futuro trabajador.
Para la mujer de la clase obrera que decida trabajar en la crianza de sus hijos y en su casa, luchamos por que la patronal y el estado le paguen un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, con todos los derechos (jubilación, pagas extras, vacaciones pagas, seguridad social, etc.).
La mujer obrera, para poder ir a trabajar o realizar cualquier actividad, se ve obligada muchas veces a tener que dejar solos a sus hijos, o a gastar gran parte de su salario de miseria pagando para que se los cuiden. Por ello, luchamos por licencia por maternidad de dos años, pagada por la patronal y el estado; y por guarderías gratuitas, con personal idóneo y profesional, garantizadas por el estado y bajo control de los trabajadores, abiertas los 365 días del año, las 24 horas, para que la mujer de la clase obrera pueda trabajar, estudiar, hacer deportes, divertirse, sabiendo que sus hijos están bien cuidados y seguros.
La mujer de la clase obrera y el trabajador tienen derecho a descansar, a hacer deportes, a jugar con sus hijos, a dedicar tiempo “libre” a su familia: ¡los trabajadores queremos restaurantes gratuitos, abiertos las 24 horas del día, pagados por los patrones y el estado y funcionando bajo control obrero, y con la mejor comida para que nuestros hijos se alimenten bien! ¡Queremos lavaderos comunitarios equipados con la mejor tecnología y pagados por el estado, bajo control de los trabajadores!
¡Por un sindicalismo internacionalista al servicio de los sectores más explotados,
que afilie a los "sin papeles", refugiados y migrantes!
Los sindicatos son organizaciones que representan tan sólo a una ínfima minoría de los trabajadores. La mayoría de la clase obrera, sin papeles ya sean migrantes o refugiados, parados, precarizados con contratos basura no tiene derechos sindicales y laborales. Hay que organizar a los trabajadores desocupados, llamando a poner en pie comités de parados para pelear contra la desocupación. Esto, junto a la independencia de los sindicatos del estado, significa luchar por convertir los sindicatos en organismos de las grandes masas explotadas y no de la aristocracia obrera.
Los migrantes son parte de la clase obrera; son la fuerza de trabajo expulsada de la producción por la bancarrota imperialista y sus guerras contrarrevolucionarias. Entre la guerra comercial y las traiciones de las direcciones de la clase obrera, en momentos de crac y bancarrota capitalista, sale a la luz la tragedia de 250 millones de trabajadores migrantes que buscan un lugar en el planeta para comer y trabajar y no lo encuentran.
Millones de ellos que intentan llegar a las potencias imperialistas, huyendo del hambre, de las pestes, de las guerras contrarrevolucionarias que el mismo imperialismo provoca en los países oprimidos, son una verdadera radiografía que muestra claramente a un capitalismo putrefacto que merece morir.
Así, esta marea de migrantes, de millones de obreros esclavos, golpea a las puertas de Europa. Ellos son los dueños de las riquezas robadas y saqueadas por las transnacionales imperialistas. Ellos son los esclavos modernos del siglo XXI.
Las pandillas imperialistas utilizan esta fuerza de trabajo para hacer los peores trabajos. Ellos los hacen ingresar o no en Europa en función del trabajo esclavo que necesitan para sacar la producción o bien para hundir el valor de la fuerza de trabajo europea.
Las burocracias sindicales son enemigas de organizar sus filas y de transformar a las organizaciones obreras en la avanzada en la lucha por la apertura de las fronteras y por conquistar “a igual trabajo, igual salario” para todos los obreros, con reducción de la jornada laboral y un salario digno para todos.
Las burocracias sindicales y sus partidos social-imperialistas son enemigos de organizar y centralizar la lucha contra la flexibilización laboral y el ataque a todas las conquistas de la clase obrera que ha largado el gran capital a nivel internacional. Están muy lejos de impulsar un combate internacional de la clase obrera como se hiciera a fines del siglo XIX y a principios del siglo XX por la conquista de la jornada laboral de 8 horas. La mayor de las derrotas y tragedias que padece el proletariado mundial ha sido que esta excrecencia del movimiento obrero, las burocracias sindicales, las aristocracias obreras y sus partidos, han destruido el internacionalismo militante, cuando este es más necesario que nunca para enfrentar al sistema capitalista en bancarrota.
Los sindicatos deben reconocer como afiliados a los trabajadores migrantes y refugiados y luchar por papeles, trabajo y vivienda digna para todos.
¡Abajo la Ley de Extranjería! ¡Papeles y derechos de ciudadanía, laborales y sindicales para los migrantes y refugiados! ¡Libertad a todos los refugiados e inmigrantes presos en la Europa imperialista!¡Apertura de fronteras!
¡Nativa o extranjera, la misma clase obrera!
¡Por un Congreso obrero internacional europeo desde la península ibérica a las estepas rusas para defender los derechos y las conquistas sociales con un programa obrero europeo único!
El capital financiero europeo quiere la destrucción inmediata de toda reglamentación laboral, la destrucción de los sistemas de la Seguridad Social y jubilación, desea la privatización de todos los sistemas sanitarios, educativos y del transporte público, de todos los servicios públicos (electricidad, etc). El Maastricht imperialista quiere acabar con todos los derechos colectivos.
La burocracia sindical a nivel europeo, agrupada en la CES, defiende las estructuras de la Europa del capital justificando las supuestas competencias de un europarlamento fantasma diciendo que en este “parlamento” se puede luchar por aprobar leyes por iniciativa propia. Eso es mentira ya que la iniciativa legislativa pertenece a la no electa Comisión Europea.
La burocracia sindical de la CES, por otro lado, difunde los cantos de sirena según los cuales la integración de los trabajadores del Este (húngaros, polacos…) sería de igual a igual. Los pueblos húngaros, checos… saben que las subvenciones de la Unión Europea imperialista han servido para que los bancos alemanes implanten “maquilas” y subcontratas de los grandes grupos monopolistas de los países de la zona euro para sobreexplotar la mano de obra de esos países del Este, y condenándola al paro por el desmantelamiento de la propiedad social.
¡Hay que retomar el grito de los obreros rumanos de “¡queremos vivir como los de París!”. Los obreros de la zona euro debemos luchar junto a los del Este por la reconstrucción de las organizaciones sindicales del Este europeo. La unidad es necesaria, en apoyo a la clase obrera del Este europeo porque entre todos debemos conquistar un Programa obrero europeo único y para ello hay que derrotar a las burocracias sindicales de la CES y demoler hasta sus cimientos a la Europa del capital que es el Maastricht imperialista.
La tarea inmediata es cómo hacer frente a los ataques de la Unión Europea contra los trabajadores y pueblos de toda Europa, para que las organizaciones de los trabajadores se nieguen a someterse a la línea de defensa de la del Maastricht imperialista que impone la CES, como policía interna del movimiento obrero a nivel europeo. ¡Hay que organizar un Congreso obrero internacional europeo!
Contra la Unión Europea, sus instituciones y sus nuevas agresiones, es preciso que la respuesta de los trabajadores y los pueblos del continente europeo se articule sobre la base de arrojar a al Maastricht imperialista al basurero de la historia. La unificación de las luchas obreras y de las naciones oprimidas inmediatas debe enmarcarse en exigencias como las del No a la OTAN y sus bases, la del no pago de la deuda, la expropiación sin pago de la banca, de las empresas eléctricas y de los recursos naturales...
Solo así podrán los pueblos y la clase obrera del continente europeo avanzar en la construcción de su propia soberanía y acabar con el capitalismo y construir el socialismo. El Maastricht imperialista y los gobiernos sometidos a su disciplina quieren acabar con las conquistas políticas y sociales de la clase obrera con las cuales los pueblos aspiran a unirse en unos Estados Unidos Socialistas de Europa de los trabajadores y de los pueblos.
Los pueblos solo podrán recuperar su soberanía en la lucha de la clase obrera a nivel continental para arrancar, desde la península ibérica a las estepas rusas, el poder de las manos del capital financiero y reorganizar a escala de todo el continente la industria, y los servicios de transportes, la energía… al servicio de todos los pueblos y de todos los trabajadores, de todo origen.
Esto no es nada nuevo, ya en 1940 León Trotsky decía: “La unificación económica es para Europa cuestión de vida o muerte. Pero realizar esa tarea no incumbe a los actuales gobiernos, sino a las masas populares, encabezadas por el proletariado. Europa ha de convertirse en los Estados Unidos Socialistas, si no quiere convertirse en la tumba de la vieja civilización.” ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa!
Para derrotar la flexibilización laboral: ¡Una sola clase, una misma lucha
de la clase obrera en los países imperialistas y en las colonias y semicolonias!
En estos últimos años, la guerra comercial de los piratas franco-alemanes y los parásitos yanquis, junto a la crisis económica mundial y el rescate de los bancos imperialistas, se ha transformado en un terrible ataque contra las conquistas de los trabajadores. Hemos visto a Hollande primero y Macron luego, en Francia, imponer la flexibilización laboral y expropiarle a la clase obrera su conquista de la semana laboral de 35 horas. Hemos visto a los gobiernos del PP y el PSOE, sirvientes de la monarquía, imponer una Ley Laboral que garantiza el trabajo precarizado y los contratos basura al servicio de la burguesía imperialista. En Italia hemos visto cómo el movimiento obrero pierde conquistas y la patronal ahora puede despedir a su antojo. En Grecia, el gobierno de Syriza, también ha descargado toda la crisis sobre la clase obrera. Y así podríamos seguir enumerando. A la clase obrera de las potencias europeas les irá cada vez peor si sus propias burguesías imperialistas imponen sus planes colonialistas, de saqueo y rapiña en los países coloniales y semicoloniales y en los antiguos estados obreros entregados por el estalinismo de los Partidos Comunistas a la restauración capitalista. La unidad de la clase obrera europea desde Portugal hasta las estepas rusas es la condición mínima para triunfar, para declararle una guerra de la clase obrera a la guerra generalizada que han lanzado los capitalistas.
Esta guerra que han lanzado los piratas imperialistas contra los trabajadores, o la define la clase obrera uniendo sus filas y sus demandas, contra la flexibilización laboral, por el trabajo digno, contra los despidos y los gobiernos antiobreros de la Unión Europea imperialista y los yanquis, o la definirán a su favor las pandillas imperialistas y sus transnacionales y se la harán pagar, aún más, a los trabajadores.
La clase obrera europea, producto de la traición de sus direcciones sindicales y los partidos comunistas/estalinistas y reformistas, no ha podido unir su lucha con la clase obrera de las colonias y semicolonias, y esto ha resultado en que a el movimiento obrero cada vez le va peor.
A pesar de todo, la clase obrera de la Europa imperialista y del Magreb y Oriente Medio no se rinde. En Siria, a pesar del brutal genocidio encabezado por Assad, Putin y Trump que lleva más de 8 años y que contó con el apoyo de la izquierda estalinista y reformista, las masas siguen resistiendo, como pueden, en la última trinchera de Idlib.
En Francia, los trabajadores con sus chalecos amarillos no abandonan las calles desde hace meses, mientras que allí mismo, miles de obreros de origen argelino han salido a manifestarse en solidaridad con la enorme lucha de sus hermanos en Argelia. En esta pelea de los trabajadores argelinos, la clase obrera francesa tiene una tarea central, están combatiendo contra el mismo enemigo a un lado y otro del Mediterráneo: La V República imperialista francesa y sus agentes. ¡Por la unidad de la clase obrera argelina y francesa, contra la V República imperialista, contra sus gobiernos y regímenes opresores en el mundo semicolonial y contra sus sostenedores de las burocracias sindicales!
Este es el camino a seguir de los trabajadores de la Unión Europea, por ejemplo, con los trabajadores del este europeo, donde las burguesías imperialistas en particular de Francia y Alemania han instalado verdaderas maquiladoras donde superexplotan a los trabajadores, esclavizándolos en Eslovaquia, Republica Checa, Hungría, los Balcanes, Polonia, etc. Esto hunde el valor de la fuerza de trabajo en la Europa imperialista y le permite al imperialismo súperexplotar a la clase obrera del este. Cuanto más tiempo tarde el proletariado de Occidente en buscar la unidad y la solidaridad con sus hermanos de clase del este europeo, cada vez más verá perder sus conquistas.
¡Con rehenes en las cárceles no podemos luchar! La pelea por la libertad de los presos políticos del mundo debe ser el primer punto en todas las asambleas y sindicatos
Los distintos gobiernos imperialistas y sus agentes nos asesinan o encarcelan cuando salimos a luchar. La clase obrera tiene incontables mártires por luchar por las 8 horas de trabajo, por mejores salarios y una vida digna para sus familias. Las transnacionales nos explotan, nos tratan como esclavos y cuando salimos a hacer huelgas y a luchar nos reprimen con sus fuerzas de seguridad.
Hoy en el estado español están presos Alfon y más de 400 luchadores vascos. En Palestina más de 7.000 presos políticos se encuentran en las mazmorras del sionismo. En China cientos de trabajadores y estudiantes que luchan por sus derechos contra la burguesía china son encarcelados o están desaparecidos. En Irán la clase obrera que pelea como en Ahwaz por condiciones de trabajo decentes fueron primero desaparecidos y luego encarcelados, inclusive aquellos que el pasado 1 de mayo salieron a manifestarse. Mientras que, en Siria, decenas de miles de presos políticos se pudren en las cárceles de Al Assad, y miles de ellos han sido torturados hasta la muerte.
Son miles los trabajadores que en el mundo están encarcelados por luchar y cientos de miles procesados. La patronal los usa como rehenes para que no salgamos a pelear. No podemos permitirlo. La lucha por justicia por los mártires de la clase obrera y por la libertad de todos los presos políticos debe ser el primer punto de reclamo de todos los sindicatos.
¡La rebelión de los esclavos no es delito, es justicia!
¡Por una dirección revolucionaria de los sindicatos con el programa de la IV Internacional!
Al capitalismo no le interesa la independencia de los sindicatos, es más, exige y necesita que la burocracia estalinista y la aristocracia obrera, que picotean las migajas que caen de su mesa, se transformen en su policía política a los ojos de la clase obrera, para resguardar así sus ganancias.
En esta época imperialista es imposible la existencia de sindicatos reformistas independientes o semi-independientes. Como decía Trotsky en 1940 en “Los sindicatos en la época del imperialismo”: “De hecho, la independencia de los sindicatos en el sentido de clase, en sus relaciones con respecto al Estado burgués puede ser asegurada en las condiciones actuales, solamente por una dirección completamente revolucionaria, es decir por la dirección de la IV Internacional. Esta dirección, claro está, tiene que ser racional y asegurar a los sindicatos el máximo de democracia concebible en las condiciones concretas presentes. Pero sin la dirección política de la IV Internacional la independencia de los sindicatos es imposible.”
Los trotskistas nos esforzamos constantemente no sólo en renovar el aparato de los sindicatos proponiendo atrevida y resueltamente en los momentos críticos nuevos líderes dispuestos a la lucha en lugar de funcionarios rutinarios y carreristas, sino también en crear en todos los casos en que sea posible, organizaciones de combate autónomas que respondan mejor a los objetivos de la lucha de masas contra la sociedad burguesa. Como dice el programa de la IV Internacional de 1938: “El sindicato no es un fin en sí, sino sólo uno de los medios a emplear en la marcha hacia la revolución proletaria.”
El programa de la Cuarta Internacional no es sólo un programa para la actividad del partido, sino que, en rasgos generales, es el programa para la actividad de los sindicatos.
Democracia Obrera – Estado Español,
adherente a la FLTI-Colectivo por la Refundación de la IV Internacional
|
|
Felipe VI con líderes de CCOO y UGT
Miembros de la patronal con los líderes de CCOO y UGT
Pedro Sánchez (PSOE) con los líderes de CCOO y UGT y de la Patronal
Miembros del gobierno de Mariano Rajoy (PP) y de la Patronal con los líderes de CCOO y UGT
Burócrata del Comité ejecutivo de la CES (Confederación Europea de Sindicatos) con Juncker
Pintadas de "Esquiroles" y "Sindicatos del poder" en la sede de CCOO
Cabecera del Bloque Combativo y de Clase el sindicalismo alternativo el 1° de mayo
Pancarta contra la represión por la libertad de Alfon de Solidaridad Obrera
Manifestación del 15-M en la Puerta del Sol de Madrid
Marea verde en defensa de la Educación Pública
Manifestación en defensa de las pensiones
Trabajadores migrantes saltando la valla de Ceuta
Trabajadoras porteadoras marroquíes
Refugiados sirios huyendo del genocidio del fascista Al Assad
Trabajadores migrantes subsaharianos
cruzando el estrecho
|